9788496646391
La noche era fría. el montón de estiércol elevado. yo nunca había despertado al sol. madre se encontraba en la puerta de la cuadra y asentía. ella me creía capaz de todo. canté. el sol salió. yo lo había despertado. Como siempre, martin baltscheit acerca al lector, con ironía y humor, el tema de la vanidad sin caer en ningún momento en la moralina.a la muerte de su padre, el gallo de la granja hereda su oficio: despertar al sol. orgulloso, se aplica a hacerlo muy bien, y efectivamente, cada día, a las seis de la mañana, entona su poderoso quiquiriquí y hace salir al sol. hasta que los comentarios de los otros animales -unos científicos, otros simplemente hirientes- le convencen de que su canto es inútil porque el sol sale solo cada mañana.