9788412052145
Unas gotas de helado de arándanos caen sobre la piel de un perro, lo que provoca un enfrentamiento. El enfrentamiento se extiende y ya los ejercitos avanzan y vociferan los jefes: “¡Adelante! ¡Atrás! ¡Vamos!”. Los gorros vuelan hacia el enemigo, que se los devuelve por el aire. Les siguen botones de casacas y finalmente uniformes. De pronto, todos están en calzoncillos. Ahora nadie sabe a que ejercito pertenece. “¡Tengo hambre!”, exclama uno. “¡Yo tambien, yo tambien!”, se oye desde todos los lados. Y ya el olor a salchicha asada y los pensamientos en los más queridos de casa alejan a los hombres de la batalla. Solamente los comandantes en jefe de los ejercitos se quedan, rígidos como monumentos de piedra.