9786124395505
Ligada a la poesía del 40, aunque cronológicamente coetánea de la
generación subsiguiente, Blanca Varela se forma en un clima parasurrealista,
igual que sus compañeros de grupo: Javier Sologuren, Jorge
Eduardo Eielson, Sebastián Salazar Bondy. Pero, en su desarrollo,
no ha seguido en modo alguno la pauta de ellos o de otros poetas
que hoy figuran en sus inmediaciones en historias y antologías de la
poesía peruana. Ante todo, fiel a su personal excavación, a su rigor
ético que es, a la vez, una suerte de ascetismo estético, se ha negado
tanto a ensayar nuevas experiencias formales como a aceptar los códigos
de la no-significación, pues su poesía, a pesar de las apariencias,
es y quiere ser una poesía comunicativa. Tal comunicatividad,
sin embargo, obedece totalmente a una incitación interior, sin que la
autora deba reprocharse, en su ya extensa trayectoria, un solo instante
de aflojamiento y sometimiento a palabras de orden que le vinieran
de afuera.