9789585250932
Su escritura es lenta, como un río en calma, llevando consigo la fluidez del tiempo que transcurre apaciblemente. Manuela piensa que la poesía es paciente y generosa. El ejercicio de escribir también consiste en saber esperar con paciencia la imagen que puede desentrañar una situación conmovedora que me permite sacralizar los momentos de tranquilidad, por ejemplo, cuando me tomo un café y leo un libro que me gusta y se transforma en el tiempo que me salva, en esta cuarentena he descubierto el poder terapéutico que tiene la literatura. A diferencia de su primer libro La vida como era, Manuela siente que este nuevo ejercicio de escritura es un poco más alegre y lleno de luz, sin dejar de lado las sombras en el umbral de los días que pasan, a continuación presentamos una breve e